miércoles, 18 de diciembre de 2013

Distribución desigual de la energía e irracionalidades sistémicas.

En estos últimos días en que una “ola de calor” mantiene a la región del amba (Capital federal y principales partidos del conurbano Bonaerense) bajo el agobio incesante de altas temperaturas van 4 días de 32ºC o mas, se suscitaron ciertos conflictos fruto de los cortes de luz en distintas zonas puntuales de la región.
En términos relativos la cantidad de usuarios privados del servicio son pocos (respecto del total), en términos sociales resulta inaceptable la privación del acceso a un servicio que hoy resulta de primera necesidad.
Siendo la energía eléctrica un servicio publico, y siendo la principal responsabilidad del estado como titular del servicio garantizar que este se preste, en los últimos tiempos el estado batalla contra los concesionarios que se niegan a invertir si no se les otorga un aumento tarifario, se niegan a que su tasa de ganancia disminuya a cambio de mejores condiciones en la prestación del servicio.
La red de distribución de energía eléctrica se divide en 3 etapas: Generación, transporte y distribución, el estado nacional desde el 2003 invirtió fuertemente en las dos etapas sobre las que tiene injerencia directa generación y transporte, no así la etapa de distribución que fue concesionada en los 90.
Dar de baja las concesiones, aumentar fuertemente la inversión en distribución, solucionar los problemas puntuales en distintas zonas son medidas de mediano plazo, no pueden ser corregidas en el corto.
La presente nota busca analizar otros aspectos del conflicto, los que considera, los menos explorados.
Es interesante como primer punto, afirmar que la energía eléctrica disponible, no es infinita, hay una cantidad disponible que hoy ronda los 25 Gigawatts, esto es la capacidad disponible en generación y transporte (alta tensión).
La problemática se da en el segmento de distribución con una compleja red con millones de usuarios cientos de centrales de transformación y distribución con usuarios de conexiones monofasicas (220V) y trifásica (380V).
Resulta interesante destacar que para usuarios residenciales lo común salvo rarísimas excepciones es tener conexión monofasica (cualquiera de las tres fases que pasan en el tendido aéreo y el neutro), la tensión siempre es constante 220V (cae levemente por exceso de demanda (la famosa baja tensión)), lo que varia es la corriente eléctrica demandada, a mayor cantidad de artefactos conectados en un hogar, mayor cantidad de corriente demandada (normalmente medida para escalas domiciliarias en amperes (A) o miliamperes (mA)). A mayor corriente, mayor potencia de cada artefacto conectado (se mide en watts o kilowatts), a mayor potencia de cada artefacto conectado, mayor consumo (watts.hora o kilowatts.hora (Kwh), esto es lo que nos facturan las distribuidoras).
¿Es posible planificar el crecimiento del consumo y evitar estos cortes?, podemos decir que es casi imposible, lo que no implica que se puedan generar mecanismos o protocolos de actuación, mediante un aumento de la inversión y del gasto en personal que permitan morigerar estos problemas que hoy resultan evidentes.

¿Cuales son las cuestiones que dificultan la planificación?, las variaciones que se suscitan en una red compleja con millones de usuarios.

¿Cuales son estas variaciones?, entre otras las siguientes:

1.- No todas las construcciones o ampliaciones de viviendas son declaradas. (una pareja con dos chicos se separa y la mujer se va a vivir a la casa de los padres con los chicos y construye un baño una habitación y una cocina), ampliaciones por crecimientos familiares, construcción de monoambientes para alquilar, construcción de locales para alquilar en zonas residenciales, etc.
2.- No todas las viviendas mantienen a las mismas personas en ellas, los núcleos familiares pueden variar (se va un jubilado que alquilaba una vivienda  porque le resulta grande y cara y la alquila una pareja con 3 chicos), los consumos energeticos variaran ostensiblemente.
3.- La colocación de nuevos artefactos de alto consumo, no es algo que se declare a las empresas concesionarias de distribución, y en periodos determinados, no puede verse mediante un análisis del consumo hasta tanto este se de. Alguien compra 2 aires acondicionado para tener para el verano, esta compra la hace a fines de noviembre, en la ultima medición de consumo no figura su uso (de hecho no estaban instalados), el cierre de facturación se hace en octubre, estos días antes de ayer, ayer, hoy los encendí, no se llego a hacer la medición y ya sobrecargue mi línea sin que nadie se entere, una vez medido el consumo cuando ya existe el problema, tendrán que tenerse los recursos humanos e infraestructurales para realizar tareas de análisis de la evolución de consumo en millones de hogares.
Debe cnsiderarse que los aires acondicionados vendidos en los ultimos 5 o 6 años, se cuentan por millones.
4.- Electricistas non sanctos y changarines hacen cambios de fase de usuarios, enganchan, o inclusive algunos usuarios truchan y desconectan medidores etc, lo que impide un correcto seguimiento de los consumos reales y complejiza el sistema tornando constantes en variables.
5.- La apertura de nuevas pymes y comercios que se declaran o no se declaran por su escala, que representan aumentos de consumo.
6.- El acceso a herramientas  de alta potencia a bajo costo, martillos neumáticos manuales, soldadoras, amoladoras, cortadoras angulares y que se usaran en distintos puntos generalmente domiciliarios, no en talleres identificados.

En el corto plazo, la única solución viable es la racionalidad en el consumo, adoptar una actitud responsable en el mismo, es evidente que el problema estructural se evidencia cuando aumenta el consumo llevando la demanda al máximo. Estructuralmente el sistema lo soporta la generación y transporte no colapsaron, pero la distribución si.
En el día de ayer se podían observar en una zona céntrica, retails de electrodomésticos con su salon extremadamente refrigerado y con sus puertas abiertas, quizás como casualidad, quizás como mecanismo para atraer clientes, en las mismas cuadras que otros comercios estaban sin servicio.
También puede suponerse cuanta energía demanda mantener grandes shoppings refrigerados, o cuanta energía excesiva debe usarse en las heladeras exhibidoras de lácteos de los supermercados que son mayoritariamente abiertas.
Todos nosotros en tanto usuario del servicio eléctrico, ¿somos realmente responsables al consumir y cuidar la energía?, cuantos de nosotros realizamos un consumo responsable, cuantos cuidamos de apagar aquellos artefactos que no usamos, y cuantos potenciamos este accionar en épocas como estas de altas temperaturas y mayores demandas.
No fuimos educados para consumir responsablemente, los medios se encargan de potenciar esta ignorancia, y el impacto no es solo social (algunos ven interrumpida la provisión del servicio), también es económica, consumimos mucha energía innecesariamente y también es ecológica, el 57% de nuestra matriz de generación eléctrica, es térmica, quemamos gas, fuel oil y gas oil para generarla.
Los subsidios cumplen un doble rol en este juego, al tiempo de que funcionan como una transferencia de ingresos al sector productivo y a los asalariados, al abaratar el precio de la energía artificialmente genera una actitud de despreocupación en los usuarios, un desinterés por las consecuencias.
Por todo lo antedicho, debemos tomar conciencia de que se torna necesario asumir una actitud mas responsable al momento de consumir energía.
El problema es de educación para el consumo, de desinterés, de falta de infraestructura y personal idóneo tanto para solucionar los problemas como para sugerir demoras.
La desarticulación de la empresa SEGBA y la perdida de personal idóneo fue de la mano de la destrucción de la industria y de la educación técnica.
Talvez, las nuevas universidades nacionales ubicadas en el conurbano tengan un rol fundamental a cumplir en la gestión de la energía y la educación de la población para su consumo (industrial, comercial y residencial), y talves sus espacios de investigación, cooperación, extensión y estudio, puedan contribuir a la mejora de la gestión energética brindando o estando en condiciones de brindar a todos los organismos de regulación y gestión estatales tanto como provinciales y porque no municipales servicios de asesoramiento y/o análisis de gestión y consumo racional de la energía, para evitar que al mismo tiempo que muchos consumen de mas otros no disponen del servicio.

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